Telam y otros medios- Visitas guiadas en el Museo de Bellas Artes- 17 de febrero de 2011

El Museo de Bellas Artes ofrece visitas guiadas para los más chicos


El ciclo "Escuchando cuadros, mirando relatos" plantea un recorrido lúdico por buena parte del patrimonio cultural del Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA), que busca acercar el arte de manera creativa a los más pequeños y abrir la figura del museo como espacio comunitarioSe trata de visitas educativas que se realizan el primer, tercer y quinto sábado de cada mes, con entrada libre y gratuita en el porteño edificio de avenida del Libertador 1473; y que tienen su correlato con otro ciclo donde el museo acerca su acervo a las escuelas de la ciudad con "Viajes y viajeros".

"¿Se ve lo mismo desde una torre que desde el puente? ¿Es lo mismo una armadura que un zapato? ¿La dama es una chica hermosa o la ficha de un juego?", son algunas de las preguntas que hacen los creadores del ciclo cuyo cronograma se encuentra en la página de Internet www.mnba.org.ar.


Con la temporada estival, y hasta fines de marzo, llegó a MNBA un nuevo capítulo de este ciclo, "Cuentos en el palacio", a cargo de la pedagoga Mercedes Pugliese.
Esta especialista en literatura infantil diseña y adapta los cuentos que guiarán cada paseo por el museo, de la mano de Mabel Mayoli, coordinadora del área de Extensión Educativa del museo.

El ciclo empezó en 2007 con un recorrido que Pugliese se encarga de renovar cada seis meses: el primero fue "Viajes y viajeros", un paseo por el arte argentino donde se trabajaron textos y pinturas relacionadas con los viajes y luego llegó "seis cuentos en busca de su obra", una experiencia muy enriquecedora donde el azar jugó un rol protagónico.
En esa ocasión el eje era el arte universal del siglo XX y la conexión entre los textos y las obras elegidas se daba a partir de la tirada de dos dados gigantes, que con cada guiada generaban una combinación distinta.

El desafío era escuchar un cuento mirando una obra sin aparente relación y luego hallar los puntos en común, "algo muy divertido con los más chicos que hallaban relaciones sorprendentes guiadas por razonamientos alternativos", señala a Télam Pugliese.
¿Por qué este repaso? Para evidenciar que el ciclo tiene mucho de exploración, "cada capítulo tiene su identidad, el viaje mítico en el primer caso, el destino contra lo aleatorio en el segundo y así se van sucediendo las temáticas", asegura esta narradora que se formó en la escuela de Ana María Bovo.

Esta vez Pugliese eligió mirar el museo como un palacio y así las salas se transforman en la habitación de la princesa o el salón de las maravillas y la terraza, de repente, es una torre donde se puede escuchar un cuento a cielo abierto frente a la "Mujer con libro" de José Fioravanti, una escultura.
"La exploración, en este caso, tiene que ver con lo espacial y eso que sucede cuando uno entra a un museo, con ese extrañamiento que a veces impide apropiarse de un lugar", explica Pugliese.

A partir de la metáfora del palacio "vamos desarmando la idea de exclusividad -al palacio solo entran nobles y reyes- y comenzamos a ingresar a cada sala-habitación, jugando con adivinanzas sobre cuentos tradicionales y mitológicos", explica.

Este capítulo también tiene su propio sello "y se genera cuando los padres tienen que leer uno de los cuentos. Así, separados en tres grupos, leen en simultáneo y es muy divertido ver cómo se mezclan las familias mientras los adultos se preguntan qué hacer con ese tiempo tramposo, siempre un poco más extenso que la lectura".

Abocada a la temática de la educación en los museos, Pugliese se refiere al concepto del tercer espacio, en poquísimas palabras: "el museo convertido en un espacio urbano donde uno se reúne con extraños con tranquilidad y si bien no se relaciona directamente con ellos ocurre toda una variable de interacciones".

Por eso el interés en desarmar la mirada del museo-palacio: "es común que la plaza esté llena, justo enfrente -a sólo un cruce de avenida de distancia- y que la gente no entre al edificio porque se siente inhibida con su historia, con su espacialidad y con esto tiene que ver este juego, con un acercamiento, con que la puerta está abierta", señala esta pedagoga.

Por eso la decisión de narrar cuentos, asegura Pugliese, "es algo muy primario para las personas, desde que nacemos empezamos a estructurar nuestro mundo con relatos, es la entrada fácil", sonríe.

"Buscamos reproducir esa calidez de lo familiar en el museo, tiene que ver con lo materno, con recibir al otro; y a partir de ese puntapié inicial, de esos relatos poéticos, entran los juegos de análisis de texto y de obra", asegura.

Hay algo más, se entusiasma Pugliese, y tiene que ver con "lo interesante que resulta la vivencia de transformación y del diálogo entre las artes, algo así como la traducción de un lenguaje a otro, pero manteniendo la estética".

La idea, en cada encuentro, "es experimentar cómo ocurren esos cruces y transitar la brecha entre imagen y palabra. Mientras una se queda quieta -en cuadros y esculturas- la otra te lanza irremediablemente hacia adelante", concluye.

Fuente: Telam IR A LA NOTA ONLINE
Dolores Pruneda

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